Europa califica la calidad de las aguas en la Playa Costa Dulce de Orellana como “excelentes”
Son datos de la última evaluación anual de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la Comisión Europea correspondientes al año 2019 y que en España depende de los informes del Ministerio de Sanidad. Desde el año 2010, cuando se iniciaron estas pruebas en término municipal de Orellana la Vieja, la Playa Costa Dulce de la localidad obtiene la puntuación de “excelente”. No ha bajado nunca del máximo rango.
También se califica como “buena”, la calidad de las aguas del embalse de Orellana en la parte de Campanario. Ninguna otra zona de baño del embalse de Orellana aparece en este informe. Sólo Proserpina en Mérida y Alqueva en Cheles, acompañan a Orellana la Vieja en la calificación de excelente en sus aguas en la provincia de Badajoz.
Según la última evaluación anual de la calidad de las aguas de baño en Europa, publicada recientemente, la calidad de las aguas de baño europeas sigue siendo elevada. Algo menos del 85 % de las zonas de baño europeas controladas en 2019 reúnen los criterios más elevados y estrictos que exige la Unión Europea para calificarlas como “excelentes”.
Los resultados publicados por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la Comisión Europea “constituyen un buen indicador para que los bañistas sepan cuáles son las aguas de baño de mejor calidad”. No obstante, debido a la pandemia de COVID-19 y a las medidas restrictivas aplicadas en toda Europa, se recomienda a los ciudadanos consultar la información actualizada sobre las medidas de seguridad en las zonas de baño publicada por las autoridades locales y nacionales.
Casi la totalidad de las 22 295 zonas de baño de toda Europa sometidas a control el pasado año (de las cuales 21 981 pertenecen a los 28 Estados miembros de la UE previos, entre ellos Reino Unido) cumplía con los requisitos mínimos de calidad, según el informe. Albania y Suiza también informaron sobre la calidad de sus zonas de baño tras haberlas sometido a un control, y se han incluido sus datos en la evaluación.
El porcentaje de zonas calificadas globalmente como de calidad “insuficiente” ha sido del 1,3 % de la totalidad de las zonas evaluadas en Europa el año pasado. Esta cifra no ha fluctuado demasiado desde 2013, año en el que el porcentaje era del 2 %. Esto es una prueba de las mejoras a largo plazo en la calidad de las aguas de baño de toda Europa.
La calidad de las aguas de baño ha mejorado enormemente en los últimos 40 años, desde que se introdujo la Directiva de la UE relativa a las aguas de baño. El control y la gestión eficaces aplicados en virtud de la Directiva, junto con otros actos legislativos de la UE en materia de medio ambiente, como la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas (1991), han dado lugar a una reducción drástica de las aguas residuales industriales y municipales no tratadas o tratadas parcialmente que se vierten en las aguas de baño. Como consecuencia de ello, cada vez son más las zonas que satisfacen las normas mínimas de calidad y que han mejorado su calidad hasta adecuarla a las normas más exigentes. Junto con el informe de este año, la AEMA ha publicado también un mapa interactivo actualizado que muestra los resultados de cada zona de baño. Los informes actualizados de cada país también están disponibles, así como información adicional relativa a la aplicación de la Directiva en cada uno de ellos.
La Comisión tiene previsto poner en marcha una evaluación de esta Directiva en las próximas semanas, con la finalidad de analizar sus puntos fuertes y sus puntos de mejora. Así, la Comisión decidirá qué medidas adicionales deben adoptarse para mejorar el funcionamiento de la Directiva.
La contaminación del agua por bacterias fecales sigue constituyendo un riesgo para la salud humana, especialmente si se encuentran en zonas de baño. Nadar en playas o lagos contaminados puede originar enfermedades. Las principales fuentes de contaminación son las aguas residuales y las aguas de drenaje de explotaciones y tierras agrícolas. Esa contaminación aumenta en caso de fuertes lluvias e inundaciones, debido al desbordamiento de las alcantarillas y al vertido de aguas de drenaje contaminadas en ríos y mares.