Retama analiza el agua en diferentes puntos de Orellana
El grupo ecologista de Orellana la Vieja ha analizado el agua que se consume en la localidad, aunque recomiendan un control independiente de las autoridades locales a la depuradora de aguas residuales.
Retama ha realizado un estudio independiente a través de un laboratorio certificado, en los que ha analizado los parámetros propios de la potabilidad, la presencia de metales pesados, glifosato y un amplio abanico de pesticidas. Tomaron un total de nueve muestras el pasado 16 de septiembre, y a grandes rasgos, el agua de Orellana la Vieja presenta una buena calidad.
En la red de abastecimiento municipal, según Retama, los resultados se encuentran “dentro de los parámetros de potabilidad que establece la normativa. La presencia de metales pesados es baja, y no se han encontrado pesticidas o glifosato”. Para Retama, se trata de un “agua de dureza media apta para el consumo”.
Sobre el agua procedente de “El Caño”, comúnmente llamada agua fina, Retama afirma que, “al no ser un agua tratada, no se puede recomendar su uso para consumo humano”, aunque sostienen que las muestras tomadas “han sorprendido tanto al laboratorio como a los expertos que han consultado”, por su “alta calidad”, calificándola de “excelente en conductividad, baja presencia de sales y calcio, y bajísima dureza”. Eso sí, “la presencia de gérmenes se encuentra muy levemente por encima de los parámetros requeridos en potabilidad, pero normal en un manantial al aire libre”. Tampoco se han encontrado trazas de glifosato ni de pesticidas.
El grupo ecologista de Orellana la Vieja ha repetido estos mismos ensayos en la fuente situada frente al IES Pedro Alfonso de Orellana, en la que han encontrado “una ligera mayor presencia de gérmenes, que muestra un repunte en clara relación con la existencia y mantenimiento” del depósito que se ubica junto a los dos grifos, pero “sin ser un dato excesivamente preocupante”.
Con respecto a la depuradora de aguas residuales, Retama afirma que en la muestra analizada “se superaron levemente los valores máximos de fósforo y nitrógeno. Y de forma muy significativa la materia en suspensión, un 60% superior”. Para el colectivo, “podría ser un hecho puntual”, pero dado los cánones que los usuarios pagan por este servicio, Retama dice que “es recomendable un control independiente” por parte del Ayuntamiento.