Termina una de las temporadas de baño con menos incidentes en la Playa

Socorristas en la Playa Costa Dulce / COSTA DULCE RADIO

El pasado 15 de septiembre se daba por finalizada la temporada de baño oficial en la Playa Costa Dulce de Orellana la Vieja. Segundo año en el que los chapuzones en el punto de referencia extremeño se han visto supeditados a las condiciones que imponía la COVID19, aunque este verano ha sido más tranquilo que el de 2021 para el equipo de Salvamento y Socorrismo.

Según el puesto de socorro, este 2021 ha sido “el año con menos intervenciones del equipo de salvamento y socorrismo”. A pesar del fallecimiento de un joven de 24 años el pasado 30 de julio entre la zona de césped y el Auditorio Costa Dulce de Orellana la Vieja, el verano ha sido tranquilo en las aguas orellanenses. Cabe destacar que el suceso del 30 de julio ocurrió pasadas las 21:30 horas, más de media hora después de que los socorristas de la Costa Dulce orellanense anunciaran por megafonía que terminaban su jornada laboral. De hecho, en ninguna ocasión, ni ambulancias ni helicóptero han tenido que personarse en la playa (al menos en horario de socorrismo) este año.

Dentro del horario de socorrismo, sólo ha habido dos actuaciones reseñables a mediados de agosto. La primera ocurrió en la zona del Puerto Deportivo. El equipo de socorristas recibió un aviso de un barco que flotaba a la deriva sin nadie a bordo. Rápidamente, se estableció un perímetro de seguridad en busca de posibles tripulantes. Afortunadamente, se trataba de un pequeño barco al que se le soltaron los amarres y la embarcación fue devuelta sin mayores consecuencias.

La segunda intervención, fue el rescate de dos piragüistas que se encontraban exhaustos en la zona de la Isla de la Momia. Ambos cayeron de sus embarcaciones y no podían subirse debido al cansancio que presentaban, por lo que se procedió a su extracción más inmediata con la embarcación de rescate.

El resto de actuaciones se definen todas como leves. Lo más reseñable son las 60 caídas o rozaduras atendidas, cinco mareos o lipotimias, una fractura con traslado a centro médico, 40 picaduras, dos lesiones lumbares, una infección ocular, una astilla en el pie, una quemadura, un ataque de ansiedad, un atragantamiento y dos sangrados nasales. De la misma manera, la silla anfibia ha sido requerida este año un total de 15 veces y las muletas anfibias una vez.