Un ingeniero propone que Cáceres consuma agua de Orellana
El Ingeniero Técnico de Obras Públicas e Ingeniero de Caminos Canales y Puertos, Carlos López Núñez, ha publicado un artículo en la prensa regional en el que propone captar agua del canal de Orellana para su consumo en la ciudad de Cáceres y solucionar así el problema de abastecimiento que sufre el segundo núcleo urbano más importante de la región. La captación se realizaría en el canal que parte del embalse de Orellana a su paso por la localidad cacereña de Almoharín.
La propuesta del técnico difundida en el Diario HOY, sería captar agua en el canal de Orellana, elevando el flujo desde Almoharín hasta el puerto de Valdemorales y de ahí, una conducción por gravedad que discurriría sensiblemente paralela a la carretera EX-206 (de Cáceres a Villanueva de la Serena), para rodear la montaña y Sierra de Fuentes por el este, y conectar directamente con la actual estación de tratamiento de agua potable en las proximidades de la cárcel cacereña.
La ausencia de accidentes geográficos de importancia en el trazado hace que esta propuesta, según el técnico, sea más viable que otras planteadas, como el trasvase desde Portaje. También destaca aspectos como el coste que, en cualquier caso, sería “muy inferior al de Portaje, por simple regla de tres, 48 km de conducción frente a los 70 de Portaje”, según se indica.
No obstante, se señalan inconvenientes como los de tipo administrativo derivados de una nueva redistribución de los recursos hídricos de las cuencas del Tajo y del Guadiana, la falta de agua en canal el canal de Orellana fuera de las épocas de riego o el paso de la conducción a través de la zona ZEPA y RENPEX (Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura) de los Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes.
En cuanto a ventajas, el experto tilda a Orellana como “una de las mayores reservas de agua del país de mejor calidad sin apenas vertidos, lo que minimiza las pérdidas, y optimiza el rendimiento del sistema”.
Aunque eso sí, sobre el trasvase propuesto, dice López Núñez, “ya llueve sobre mojado”, ya que “la burocracia y otros intereses impedirán, ni siquiera su estudio, cuanto más su ejecución”.