La apertura oficial de la Playa podría llegar la próxima semana con un aforo máximo de mil personas para el verano

Antes, el Ayuntamiento deberá tener elaborado un plan de contingencia del COVID-19 que se está ultimando, a la espera de la “guía definitiva con todos los criterios en las zonas de baño” pendiente de llegar desde la Junta de Extremadura. En el plan municipal se incluirá el protocolo de personal de playa y público asistente.

El primer edil, Cayetano Ramos, recordaba esta semana en una entrevista en Costa Dulce Radio que “se va a hacer todo lo posible” para realizar el izado de Bandera Azul el “viernes de la semana que viene”, 19 de junio, aunque por ahora “no se está prohibiendo el baño”. No obstante, “si hay masificaciones” durante estos días, “se procederá a la prohibición del mismo”.

Por otro lado, el próximo lunes, 15 de junio, se hará el análisis de agua por parte del Servicio Extremeño de Salud para confirmar que no existe riesgo alguno en cuanto a la presencia del COVID-19 dentro del agua y que el resto de parámetros se encuentran dentro de los requisitos que establecen las autoridades sanitarias.

El alcalde ha confirmado que el aforo de la playa estará limitado entorno a unas 1.000 personas que se repartirán entre el césped, la gravilla, la playa de hormigón y los merenderos. También ha anunciado que este año la Playa no tendrá vestuarios, los cuales serán destinados a labores de almacenaje y descanso para los socorristas.

De la misma manera ha adelantado que se está “estudiando” la implantación del uso de drones para rescates en la playa, tal y como sugería Bandera Azul en su presentación de este año para evitar el contacto de socorristas con víctimas. El alcalde ha elogiado el uso de estos aparatos y decía que pedirá a la Junta “financiación” para la posible puesta en marcha de este nuevo servicio.

El Ayuntamiento no descarta, además, contratar a más personas que irían destinadas a labores de seguridad y control. Unas contrataciones que serían aparte de las que ya están en curso y cuyas últimas resoluciones se han publicado en las últimas horas en la Sede Electrónica del Ayuntamiento. Todos los trabajadores contratados superarán cursos de formación para la protegerse y proteger a los asistentes a la playa.

De igual modo, se anunció que este verano se va a implementar, por parte de Diputación, un “sistema de gestión inteligente” en la playa que contempla, entre otros, una estación de control de calidad del agua de forma periódica, un sonómetro para el control de ruidos, una estación meteorológica, un caudalímetro para el control de agua y una cámara de control de aforo. Todo ello será gestionado a través de un sistema informático y permitirá al consistorio recabar datos y controlar lo que está pasando en la zona de baño. Un sistema que complementará a los controladores físicos contratados por el propio Ayuntamiento.

Sobre las instalaciones deportivas, todo hace apuntar que se abrirán esta semana. Lo que ya se ha reanudado son los cursos de pintura en la Universidad Popular y también se trabaja para la vuelta de las clases presenciales de actividad física por parte de Dinamización Deportiva de la Mancomunidad La Serena Vegas Altas, que pasarían a impartirse en el césped del campo de fútbol para cumplir con las medidas de distanciamiento.

Lo que no se espera que vuelva durante estos primeros compases de la nueva normalidad, son las clases en la Escuela Municipal de Música. El alcalde afirmó que habrá que esperar a la vuelta del próximo curso escolar para la reapertura de este servicio.

Sobre las fiestas, como la Feria de agosto o la procesión de la Virgen del Carmen, el gobierno se va a dar un mes de margen para ver cómo evoluciona la pandemia y su control en Orellana.

Además, el edil ha anunciado que el Equipo de Gobierno propondrá al pleno mantener el mercadillo definitivamente en la Avenida del Pantano. Según el alcalde, en el último celebrado la semana pasada ha habido un total de 30 puestos y 665 personas. Datos que ha destacado Ramos como “muy buenos”.

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